Es una de las colonias más tradicionales de la ciudad, con una auténtica atmósfera de "barrio viejo" donde los comercios familiares se mezclan con antiguas casas y monumentos que siguen reflejando la dignidad que esta colonia tuvo antaño como el primer fraccionamiento moderno de la Ciudad de México.
En este barrio, a pesar del gran contexto cultural con el que cuenta (Museos, centros comunitarios, bibliotecas, parques, edificios históricamente reconocidos) presenta un deterioro en la vida de sus habitantes, la situación territorial ha cambiado fuertemente con el paso de los años y ahora podemos encontrar una realidad muy diferente: Falta de identidad y arraigo al barrio, desconocimiento del gran legado histórico de esta comunidad por parte de la mayoría de sus habitantes. Aunado a los problemas típicos que se presentan con el abandono de una estrategia de mejoramiento barrial, llevando así a problemas sociales como son la situaciones de alto riesgo para sus habitantes. Lo que provoca una falta de sentido de pertenencia al territorio y un rompimiento del tejido social.
Ante esta situación, el Centro Lindavista se dio a la tarea de impulsar una mesa de articulación de diferentes actores de la colonia donde se promueve a la Santa María la Ribera como Comunidad Educativa y Cultural, para influir y potenciar la creatividad a través de acciones que impulsen la cultura, la memoria histórica y el sentido de pertenencia y lograr la reconstrucción del tejido social, el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes e infundiendo una cultura de arraigo, tradiciones, respeto y cuidado al lugar en que se vive al mismo tiempo que se intenciona elevar las capacidades económicas de los pequeños empresarios e incentivar la creación de nuevas fuentes de desarrollo y de nuevos empleos.